sábado, 23 de agosto de 2008

VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

La violencia y discriminación hacia la mujer es un problema grave de derechos humanos. Estos agravantes se presentan en mayor grado, en sociedades machistas o patriarcales como la nuestra.

Expertos en el tema y de hecho, en nuestras leyes, se considera que el problema de violencia y discriminación en contra de las mujeres es a raíz de “las relaciones desiguales de poder existentes entre hombres y mujeres”, como se lee en la ley contra el femicidio y otras formas de violencia contra la mujer.

La violencia tiene varias facetas: está la violencia psicológica, física, sexual y patrimonial o económica. Según opiniones expertas, una atrae a la otra, se presentan de forma integrada y no aislada. Por ejemplo, lo más frecuente es que se inicie con agresiones verbales, que van a afectar directamente a la autoestima de la víctima, luego se presenta la física, que va desde un jalón de pelo, hasta uso de armas blancas (como se han reportado casos) y que de hecho puede desembocar con femicidio o el asesinato de la víctima. Una mujer molesta por una agresión, no estará en disposición para sostener relaciones sexuales, por lo que el victimario recurre a la violación. Ahora, la violencia patrimonial, y es cuando el victimario no cumple con sus obligaciones económicas, o cuando pretende despojar a la víctima de sus pertenencias.

Hablando con una psicóloga, que específicamente trata con casos de violencia, me decía que las mujeres más susceptibles se sufrir este abuso, son aquellas que tienen baja autoestima, que no están concientes de su valor ni de sus capacidades. Por otra parte, existe un estereotipo por el que se cree que quienes sufren de violencia intrafamiliar son quienes no tienen educación, o pertenecen a un nivel socioeconómico inferior, al cuestionar a una experta sobre esto me decía que la violencia existe en todos los niveles, desde el más bajo hasta el más alto, la diferencia es que el algunos estratos es más visible que en otros. Y que de hecho, a atendido casos en los cuales mujeres profesionales han sido víctimas de violencia por parte de su esposo o conviviente.

Fácilmente, una persona que ve desde afuera esta situación, critica a las mujeres que “se resisten a dejar su hogar, a pesar que son víctimas de violencia”, pero existen muchas razones que hay que tener en cuenta. Puede ser que la mujer violentada no tenga un lugar a donde ir; que tenga miedo a ser juzgada por la sociedad, pues con frecuencia a las mujeres que abandonan a su esposo, se infiere que lo deja por otro y por consiguiente es una prostituta (creencias estúpidas de una sociedad machista). En muchas relaciones se puede observar que se genera dependencia emocional, y por pertenecer a un nivel psicológico, es difícil de romper. Pode ser que la víctima no disponga de recursos económicos para sostenerse a sí misma, o en algunos otros casos, a sus hijos. Posibles amenazas por parte del agresor, en fin.

En Guatemala existen varias organizaciones gubernamentales y civiles, que se dedican a atender casos de violencia intrafamiliar, como PROPEVI, (Programa para la Prevención y Erradicación de la Violencia Intrafamiliar) Defensoría de la Mujer (Unidad de la Procuraduría de Derechos Humanos. En la sociedad civil, Fundación sobrevivientes, Red de la No Violencia, Centro de Investigación Capacitación y Apoyo a la Mujer –CICAM- entre otros.

Entonces la violencia intrafamiliar se puede incluir en un proceso de erradicación mediante a la prevención con educación, formación efectiva de los hijos, campañas de concienciación. Es un flagelo cultural al que se debe enfrentar, por lo que no es fácil, pero tampoco imposible.



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